martes, 22 de octubre de 2013

¿Sabías por qué el mar es salado?

Ilustración por Seel Baylac

Había una vez una isla muy muy chiquitita en un océano muy pero muy grandote. 

En esa época el mar era igual que ahora, con sus ballenas, sus delfines, sus focas, sus peces, estrellas de mar, hipocampos, caracoles y cangrejitos, pero con una diferencia: era dulce. Como los ríos, como los lagos, los arroyos, ¡como el agua de la canilla!

En la mitad de esa isla pequeñita vivían un montón de chicos muy felices, con sus familias y sus mascotas. La otra mitad la ocupaba  un gigante muy gigante que se llamaba Raúl. 

 ¿Y sabés quiénes se ocupaban de que todo anduviera bien? Una patrulla de gaviotas.  Se llamaban Gloria, Mora y Griselda, y eran las guardianas de la Isla Escondida, este pedacito de tierra que flotaba en el medio del mar.

Las gaviotas hacían su trabajo con mucha prolijidad y puntualidad. Arrancaban el día apenas salían los primeros rayitos de sol en el horizonte. Sobrevolaban la playa y las calles chequeando que todo estuviera en su lugar.  Subían, bajaban con sus alas grandes y miraban muy atentas hacia abajo.

Los chicos de la isla, camino a la escuela, las miraban y las oían, pero no imaginaban de qué estaban hablando, porque ellas tenían su propio idioma.

- Hoy Matilda se hizo trenzas - comentaba una.
- Sí, y Tomás está estrenando una mochilita nueva.
- ¡Uy, y mirá la mamá! Está apurada porque se les hace tarde.

Así eran sus diálogos. Nadie sabía que esas tres gaviotas estaban cuidando de grandes y chicos de la isla. Hacia el mediodía se iban a su casita y dormían una larga siesta. Después se volvían a despertar y arrancaban su vuelo nocturno. Y mientras buscaban pececitos para la cena contaban estrellas, se fijaban si la luna estaba llena o menguante y si había nubes de lluvia en camino.

Fue uno de esos atardeceres cuando notaron algo muy, muyyy raro. Raúl, el gigante de la isla, se estaba tomando el mar. Sí: ¡se estaba tomando el mar!. Había comido un gran sándwich con mucho jamón, mayonesa y queso y ahora estaba muerto de sed, entonces, sentado a orillas del mar, metía un bote de madera, lo cargaba con cada ola que venía, se lo tomaba, y así durante largo rato..

- ¿Qué bicho le picó a éste?! - Exclamó Griselda. 
- No sé, pero si sigue así nos vamos a quedar sin mar- Agregó Mora.
- ¡Y la isla ya no va a tener dónde flotar!- Observó Gloria.

"¡Somos las guardianas de esta isla! ¡Tenemos que hacer algo!", dijeron las tres al mismo tiempo. Entonces se sentaron muy pensativas en la playa a pergeñar un plan. Se rascaban el mentón con las alitas, daban pasitos para atrás y para adelante pero no se les ocurría nada. Después de un largo rato, Griselda empezó a dar saltitos: 

- ¡La tengo! - Dijo.
- ¿Qué queeeé?! - Se entusiasmó Mora
- Sí, eso: qué?!- Se impacientó Gloria.

Griselda puso cara de sabionda, y con aire misterioso, desapareció. Al ratito volvió sosteniendo un frasquito en su pico. 

- ¿Ven chicas? - Les dijo, agitando el frasco.

Las otras gaviotas veían el polvo blanco que había dentro, mientras aumentaba el misterio.

- Esto que ven acá se llama "sal".
- Saaaaal- repitieron Mora y Gloria.
- ¿Y saben para qué se usa? Las mamás y los papás de los nenes la echan en las comidas, o en la olla de los fideos, para darles gustito -justamente- salado. 
- Sala.. qué?!- Dijeron sus amigas.
- Salado. Pero no hay que pasarse mucho porque si no no se pueden ni comer. Puaj. ¡Y te agarra mucha pero mucha sed!
- Entonces...
- Entonces lo que vamos a hacer es echar mucha pero mucha sal así Raúl el gigante no se puede tomar el mar.
- ¡Es muy buena idea! - Aplaudió Mora.
 - Pero de dónde sacamos tanta sal? ¿Eh?- Dijo Gloria, más desconfiada.
- Esperen un minuto- Les pidió Griselda, y volvió a desaparecer volando. A los pocos minutos les dijo "Vengan, vengan". 

Les mostró que en el supermercado había muchas bolsas con muchos kilos de sal. Fina, gruesa, parrillera... 

Se pusieron en marcha. Se disfrazaron de señoras, con zapatos, tapados y sombreros y entraron al súper. Pasaron totalmente desapercibidas.

Mientras una empujaba un changuito, las otras iban cargando las bolsas de sal.

- Listo, chicas, con esto tenemos suficiente para que el gigante no moleste más.

Fueron hasta la playa, y empezaron a sobrevolar el mar, dejando caer puñaditos de sal con sus picos. La patrulla estuvo durante largo rato salando el mar. Entonces vieron cómo Raúl, después de cargar varios baldes de agua, empezó a estar cada vez más sediento. Su lengua gigante salía de su boca seca.

- ¡Pero este agua está salada! - Dijo, rugiendo de ira. - Voy a tener que tomar leche, ¡O hacerme un jugo!, dijo enojado. Tomó diez kilos de naranjas y se puso a exprimirlas una por una.

Las gaviotas se miraron felices.

- ¡Lo logramos!- Dijo Griselda chocando sus alas.
- Sí, el gigante ya no se va a tomar más el mar.- Acotó Mora
- Y lo mejor: la isla va a poder seguir a flote!- Festejó Gloria.

Desde ese entonces, cada noche, cuando las playas ya están vacías y nadie las ve,  la patrulla de gaviotas sale a salar el mar.

En poco tiempo el gigante Raúl entendió que si seguía tomando ese agua iba a morir de sed, y la Isla Escondida pudo seguir flotando como siempre, soleada y tranquila en el medio de un mar enorme y muy pero muy, muy salado.

11 comentarios:

  1. Bonita Ceci!!!! sos una dulzura hecha cuento. Son de esos cuentos que se cuentan al lado de la cama antes de dormir.
    Me alegra saber que encontraste un lugar para escribir...
    Besos para vos y tu dulce Tomás!!!
    Me quedo acá. Buen viernes!!!!

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  2. Es tan lindo,Ceci!Me gustan los cuentos de playas,y si explican cosas de todos los días así de dulce,mucho +!Se lo voy a contar a mi peque,si me dejás...Beso!

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  3. Sí bueno más que dulce es salado, jejeje.
    Claro! Es todo tuyo!!! Y de tu peque, claro!
    =)

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  4. que belleza ceci!!!!!!!
    no me sorprenden lo hermosos q son viniendo de vos pero me da tanta alegría leerlos...
    besos todos

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  5. Ceci, no te quiero meter presión...pero para cuándo el próximo cuento????...sino no me duermo...ajaja
    Besos y que pases una linda noche!!!!!!!

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  6. Graciuas Bren
    Gracias Rox
    Estoy a la mitad de uno, que es más largo,... prontito!!!!

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  7. salían a salar el mar, buenisimo!
    y me encantó el gigante tomando agua con el bote! gran imagen!

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  8. Gracias! QUé bueno que te guste!!!

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